Exposición Centro Cultural del Villamartín
Diseño expositivo del proyecto de Pablo Fábrega Roca
El proyecto
Una buena arquitectura es aquella que, sin haber conocido al autor de una obra ni saber cuál es su visión sobre ella, somos capaces de conocer cómo es su forma de entender la arquitectura con tan solo un vistazo. Una buena arquitectura, es capaz de sintetizarse y conceptualizarse y, aun así, seguir entendiéndose.
El diseño de la exposición nace de la idea de explicar este proyecto arquitectónico desde su ámbito más conceptual. Analizando el edificio, hemos extraído tres conceptos fundamentales que lo definen: conexión, esencia y miradas.
Con respecto a la idea de CONEXIÓN, se refleja de una forma muy sutil organizando cada lona de los diferentes paramentos en distintas alturas, representando así una escalera en sección y en planta.
Los colores elegidos para cada elemento que componen las lonas reflejan el concepto de ESENCIA. La gama de grises y colores crema simbolizan tanto el gris del hormigón como las distintas tonalidades que tiene la piedra que construye este edificio.
Por último, el concepto de MIRADAS está representado a través de las imágenes, siendo en color aquellas miradas enmarcadas que pretendemos que el visitante observe frente al resto de imágenes en blanco y negro.
Aunque los tres conceptos son importantes, la palabra conexión es la más relevante de las tres. Por esta razón, el icono capitular representa la huella de la escalera en planta, que va acompañado de palabras de Pablo Fábrega Roca extraídas de las memorias de sus proyectos que son las que van guiando toda la exposición.
Estando la exposición presente en el edificio, nos parece importante poner en valor la materialidad de la sala, ya que es uno de los conceptos que toma más protagonismo en su interior. Por esta razón, para colocar la información escogemos la lona, un material liviano, que se separa del muro de piedra para que sea el que realmente tenga protagonismo y se proyecte sombra sobre él.
Además, con el sistema de cables se percibe una sensación de ingravidez pareciendo que las lonas están flotando sin tocar el suelo ni el techo. Esto ocurre en todos los paramentos excepto en el de entrada, que se ha utilizado un sistema distinto para permitir que el espacio sea más flexible de cara a otros posibles usos.